Fuente: Estadísticas Córdoba, Año 2022.
Fuente: Estadísticas Córdoba, Año 2022.
Fuente: Encuesta de Bienestar - Estadísticas de la provincia de Córdoba, Primer Semestre de 2023.
Fuente: Encuesta de Bienestar - Estadísticas de la provincia de Córdoba, Primer Semestre de 2023.
Fuente: Encuesta de Bienestar - Estadísticas de la provincia de Córdoba, Primer Semestre de 2023.
Fuente: Encuesta de Bienestar - Estadísticas de la provincia de Córdoba, Primer Semestre de 2023.
Fuente: Encuesta de Bienestar - Estadísticas de la provincia de Córdoba, Primer Semestre de 2023.
Desde el 2018, Córdoba mide el bienestar de su población en el territorio. La medición se realiza de acuerdo a la metodología planteada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD).
La Encuesta de Bienestar, que permite tener una mirada integral del bienestar de nuestros ciudadanos y ciudadanas y, al mismo tiempo, contribuye a planificar las políticas públicas, se realiza en el Gran Córdoba (Capital, La Calera, Saldán, Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes, El Manzano, Agua de Oro, La Granja, Río Cuarto-Las Higueras, Villa María, Villa Nueva y San Francisco). Incluye un conjunto de indicadores para medir 12 dimensiones de bienestar, identificadas como esenciales para conocer las condiciones de vida materiales y la calidad de vida de las personas.
El indicador de satisfacción con la vida, uno de los pilares más importantes presentes en la medición, refleja el nivel de bienestar subjetivo y la percepción de las personas sobre su propia calidad de vida. Este indicador mide la satisfacción general de la población con su vida en términos de su bienestar emocional y el nivel de satisfacción en relación a aspectos como salud, educación, empleo, entorno, relaciones sociales y seguridad, entre otros factores.
La provincia ofrece un alto nivel de bienestar a sus residentes, garantizando el acceso a servicios de salud, educación y seguridad, lo que la convierte en una fuente de atracción de talentos y capital humano de alta calidad.
Cuando las personas gozan de un buen bienestar, tienden a ser más saludables, felices y productivas en sus trabajos. Un buen estado de salud, la satisfacción en la vida y la conciliación entre el trabajo y el ámbito personal pueden llevar a una mayor productividad laboral. Las personas que se sienten seguras y tienen acceso a servicios de calidad son más propensas a emprender y a desarrollar nuevas ideas y soluciones.
La geografía del bienestar regional puede ayudar a las provincias a comparar su desempeño con los demás sectores de su país y con otros fuera del territorio nacional con los que compartan fortalezas y desafíos similares. Aunque en ocasiones escasean, los datos de bienestar a nivel subnacional ayudan a aumentar la credibilidad de las estadísticas, ya que es más fácil para los ciudadanos reconocer los resultados de los indicadores cuando se refieren a su propia comunidad (OECD, 2014).
Proporciona una imagen integral de las condiciones materiales y la calidad de vida en las regiones, lo que permite evaluar si el crecimiento económico se traduce en mejores resultados en otras dimensiones como la salud, calidad ambiental, educación, entre otras. También permite monitorear si el progreso que experimenta la población varía según el lugar donde viven, ya que la concentración espacial de las fuentes de desigualdad puede bloquear oportunidades de mejora.
Aumenta la conciencia social entre los ciudadanos sobre los objetivos que pretenden conseguir las políticas y mejora la rendición de cuentas de los gobiernos. Los indicadores de bienestar pueden empoderar a los ciudadanos para exigir acciones que respondan a los retos identificados a través de los indicadores y, a mediano y largo plazo, aumentar la confianza en la capacidad de las instituciones para enfrentarlos.
Prioriza las acciones de gobierno, ya que contribuye a identificar dónde son más necesarias las mejoras. El uso de métricas de bienestar ayuda a enfocar esfuerzos y mejorar la efectividad de la intervención pública, aún más cuando los recursos son limitados.
Mejora la coherencia entre los objetivos de las políticas, ya que la articulación entre éstas es más evidente cuando se refiere a lugares específicos. Por ejemplo, es más sencillo integrar políticas sobre uso del suelo, transporte y desarrollo económico que puedan contribuir a resultados más ecológicos, más equitativos y más eficientes si se diseñan para un lugar específico como una región o un área metropolitana (OECD, 2014).